Cada día encontraba un defecto nuevo en él. Pero mi sonrisa empezaba a amar cada una de sus miles de imperfecciones.
A veces era insoportable, un completo imbécil que desarmaba mis armas cargadas contra sus encantos.
Y yo era cada día más tonta, amante empedernida de subnormalidad.
No era guapo, era precioso.
Mis ojos con vidrieras de colores distorsionaban su subjetiva belleza.
Tenía miedo, su risa estruendosa y sus palabras cortantes eran mi nana al dormir.
Estaba enamorada, odiosamente enamorada.
muy bueno, te sigo :) sígueme http://smokingunderthestars.blogspot.com/ un abrazo y muchos muakassss